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¿TIENES FOBIA AL COMPROMISO?

¿TIENES FOBIA AL COMPROMISO? 1280 720 AnaCastroLiz

La falta de confianza y seguridad en uno mismo, tener temor al futuro o no dar superado anteriores fracasos, son los causantes de padecer filofóbia

¿Te cuesta relacionarte con el entorno de tu pareja? ¿Te parece un “tostón” los compromisos familiares? ¿Te acabas aburriendo con facilidad cuando tienes que implicarte en las cosas que le interesan a los demás? ¿Es complicado para ti llegar a acuerdos y te da pereza razonar? ¿Sueles callarte lo que piensas porque sabes que si lo dices crearía un conflicto? ¿Te cuesta tomar iniciativas? Si en la mayoría de las respuestas has contestado son “si”, quizás, tengas miedo al compromiso, te voy a explicar porque te pasa y cómo hacer para superarlo.

Filofóbia

Es cuando sufres ataques de pánico o mucha ansiedad porque sientes que tu libertad se verá afectada y deseas escapar de esa situación, además tienes dificultades a la hora de entregarte emocionalmente y te cuesta formalizar alguna situación o sientes un miedo intenso que te provoca huir.

El “filofobico” es un maestro del auto-sabotaje para intentar justificarse del porque no debe enamorarse o ir a mas con una persona. Se pasa el día buscando las características negativas en esa persona y todo lo que le puede desunir, así sentirá que es el quién controla el inicio y el fin de esa relación y no sufrirá tanto si se termina.

Profecía Auto cumplida

El que no se compromete suele elegir, curiosamente, relaciones difíciles e imposibles para reafirmar la idea de que: “enamorarse es una perdición”, y no está hecho para mantener nada duradero. Así se explica la “Profecía Auto cumplida” donde, sin ser consciente de esto, seleccionas a personas o las atraes a tu vida, a quien ya no es adecuada inicialmente para ti y así reafirmarás que tus creencias están en lo cierto: “esa persona no va conmigo”, “no me conviene”, “no me entiende o somos incompatibles”, para alejarte del compromiso y no llegar a sentir amor.

Inmadurez Emocional

El miedo a tener una relación, surge ante la expectativa de cambio y a la adaptación a una forma de vida diferente. Si lo que hemos escuchado por parte de nuestros padres, es: “no te cases nunca” “no tengas hijos que te quitan años” etc, son mensajes donde se cree que perdemos más cosas de las que ganamos en una relación. Existe un desequilibrio entre lo que se va a afrontar y los recursos de que dispones para hacerlo, es decir, crees que no tienes lo suficiente para aportar a la otra persona; sea económico, emocional o psicológico.

Desde muy niño un “filofobico” no contactó con su autonomía y responsabilidad, algo que no le han enseñado sus padres, que son quienes forman en este tipo de capacidades y ha sufrido de normas rígidas o ha aguantado muchas imposiciones. Encontrara “peros” para todo, buscará fallos en la pareja para aliviar sus malestares y así evitar sus responsabilidades, si la relación no sigue el curso esperado, romperá culpando al otro por lo sucedido.

Pensar; “todas las mujeres son iguales”, “voy a perder la libertad si me saco novia para hacer lo que quiera”, “me va a controlar”, “o me va a pasar igual que con la anterior pareja”, son ideas típicas que se tienen.

No superar una ruptura o haber sido dejados, les hará no iniciar otra nueva relación y preferirá evitar un posible éxito con tal de no pasarlo mal de nuevo.

El modus operandi

Un sujeto que este sin y sea filofobico, se las arreglará para conocer y atender a varias candidatas a la vez y no se quedará con ninguna, me explico; le “dorará la píldora” a varias para asegurarse que está acompañado todo el día y todo el tiempo, siendo él quien dirija ese contacto sin sufrir si alguna se aleja, puesto que ya tiene suplente.

Tiene una idea muy distorsionada de lo que significa amar, son celosos, posesivos y muy inseguros, con un gran temor a sentir rechazo y sin permitirse expresar el sufrimiento, por eso siempre tienen “chorbo agenda” temiendo quedarse sin tener con quien hablar. Les cuesta perdonar, negociar o continuar una relación si algo no les gusta. Su autoestima es baja.

Características

1. Son individualistas. Valorará siempre sus necesidades por encima de quien sea. Difícilmente mostrarán entusiasmo e iniciativa, sino tiras tú de él. Nunca pensará en que una relación de pareja es una unidad sino que son dos partes muy diferenciadas.

2. Es hipocondriaco. Tiende a pensar en el lado malo de las cosas. Teme al futuro, rechazará de antemano cualquier proyecto que limite su libertad en el futuro.

3. No sabe adaptarse. Se suele bloquear pensando que los demás le imponen sus ideas. Suele ser rígido con respecto a valorar las responsabilidades y obligaciones de cada uno, y ni siquiera se le pasa por la cabeza que ese compromiso puede adaptarse a las necesidades de uno mismo y beneficiarse ambos.

4. Juzga sin cotejar información. Va creándose una película en su mente de cómo son las cosas sin tan siquiera comentarlo y ponerlo en común con la otra parte. Saca sus conclusiones y así se justifica para huir de cualquier situación.

En su trabajo

Mostrará una alta necesidad de control y rigidez en casi todo, sobre todo a nivel profesional. Todo lo que conlleve mucha responsabilidad tiende a delegar, su implicación es escasa, si sugiere demasiado esfuerzo, sabe muy bien de quien rodearse para que otras personas lleven el mayor peso del proyecto y él tenga poco que hacer o gestionar, tratando de pasar desapercibido, no implicándose en propuestas que generen más vínculos o directamente desapareciendo. Acaba haciendo las cosas por imposición costándole disfrutar de ellas, si comienza algo está deseando acabarlo.

¿Se puede superar este temor?

Una relación que no tenga compromiso, tarde o temprano romperá. Este problema les suele pasar más a los hombres que a las mujeres.

Si conoces a alguien que merece la pena y no la quieres perder; sincérate contigo, elabora un listado de pros y contras, lo que ganas y que pierdes, cuanto puedes dar, recibir y querer de esa persona, además de la relación.

Sé objetivo, no generalices, cada relación es diferente, no compares con el pasado. El miedo no debe evitarse, solo se supera enfrentándose a él, confía en tus posibilidades. En algún momento de tu vida si tú no decides apostar y parar de dar tantas vueltas, la propia existencia se encargará de que no huyas más. Si te quejas de que no encuentras a la persona adecuada quizás sea que tú no te ofreces a ti mismo el amor que demandas. Empieza por solucionar tus vacios y enfrentarte a tus miedos.

Articulo escrito 5 abril 2019, para La Voz de Galicia. Edición Lugo

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